sábado, 16 de noviembre de 2013

Angel negro

Un rayo blanco mató al ángel negro,
bajaron flotando sus alas.







Fotografía de Mikel Barrero
                                                                                                                                         

viernes, 8 de noviembre de 2013

Cicatrices

Enciendo la lamparita baja. Duermes. 
Cuento una docena de tus respiraciones, me gusta verte dormida profundamente; tienes mal dormir, pero ahora lo estás haciendo de libro.
Te cuento otra docena de veces.
Tu brazo está estirado y ahí están ellas,
tus cicatrices,
recuerdos de tu pasado enterrado.
Al principio no fue fácil encontrarlas, pero cuando me las descubriste, cuando me explicaste todo, tus intentos de suicidio en el pasado cercano, aquella vida invivible, tu rabia, tu confusión, tu rebelo...las miro con cariño. Son letras impresas en tu brazo, son tú y me gusta mirarlas, mirarte.
Brillan por el refilar de la luz,
ya dejaron de gritar ahora están calladas.
Quedaron ahí y les agradezco que no se hicieran más profundas, más fuertes, más grandes.
En tu brazo se ve la cremallera de los puntos que un día, o noche, unieron tu piel. En la oscuridad parecen el brillar de una sonrisa que expresa que ya pasó todo.
Las miro,
las acaricio,
siento latir tu sangre por ellas,
cuento una docena de pálpitos y otra docena de tus respiraciones.







Bellas, incrustadas entre el bosquejo colorido de tus tatuajes, recuerdo de tu pasado, una sonrisa que brilla...tú.
Te beso,
las beso,
sigues durmiendo,
te acaricio y las vuelvo a acariciar,
se dibuja una sonrisa en tus labios, tus cicatrices también sonríen, todo va bien.
Apago la luz, me va invadiendo el sueño, aquí, junto a ti...