jueves, 22 de mayo de 2014

Los ponchos




Estoy de vacaciones, en Galicia.
Llueve desde hace dos días.
Ayer no fui a ningún sitio, pero hoy me quiero mover.
He pensado que lo mejor es comprar un poncho de esos de turistas de manada.
Cuando llueve los sacan todos a la vez de la bolsa de los suvenirs, se los ponen y siguen haciendo fotos bajo la lluvia como si nada.
Están los ponchos de los japoneses y los de los alemanes. Los de los japoneses suelen ser casi siempre rojos, aunque también hay amarillos. Los de los alemanes son transparentes y se les ven los pelos de las piernas porque van todos en pantalones cortos. Grandes que son y de mucho apetito, dentro del poncho pronto se sofocan. Entonces se ponen a sudar y los pelos largos y blancos de sus piernas rechonchas, se les pegan por dentro al poncho y los hacen torpes al andar.
Los turistas japoneses, cuando coinciden con los alemanes y se mezclan delante de una iglesia, hacen fotos todos a la vez, embutidos en sus ponchos, con la máquina de fotos asomando en vez de los ojos.
Los japoneses decía, tienen que tener mucho cuidadín, como los alemanes son muy grandes pueden pisarlos o arrollarlos. Así que cuando están juntos, los japos parecen aspiradores de esos redondos y pequeños que van moviéndose de un lado para otro solos y que cuando chocan con algo cambian de rumbo inmediatamente.
Cuando pasa esto, (que se chocan) el japonés se va, y el alemán se rasca la pierna.
No creo que me compre un poncho rojo japonés, me quedaría corto y parecería un poncho minifalda. Además los gallegos, que son muy socarrones, se reirían de mi, y me pondría rojo como el poncho, y se reirían más todavía.
Alemán tampoco, me quedaría grande y como me lo iría pisado me caería muchas veces, y si, también llevo pantalones cortos, pero no soy alemán, así que si me tratan como a uno de ellos, tendré que explicar que soy vasco, aunque también se me pegan los pelos de las piernas en el poncho, porque también soy rubio, rechoncho y casi tan grande como ellos, pero chorreo menos sudor que porque estoy más acostumbrado al clima y no bebo cerveza que hace que las piernas te chorreen mucho con el calor que hace dentro del invernadero para piernas que es lo que viene a ser un poncho transparente.
¡Vaya, está saliendo el Sol!

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